El león marino de California (Zalophus californianus), también conocido como lobo marino común o lobo marino californiano, presenta un pronunciado dimorfismo sexual que permite identificar fácilmente a los individuos: desde la etapa subadulta, el macho es más oscuro y desarrolla una cresta en el cráneo, que sirve de atractivo en la búsqueda de pareja, y puede pesar hasta cuatro veces más que la hembra. Como otras subespecies, emite un ruidoso ladrido, similar al rugido de un león, tanto para atraer a sus pretendientes como para mantener alejados a sus competidores.
El león marino californiano es una especie social que vive en grandes colonias en acantilados, playas o incluso muelles creados por el hombre. El macho es muy territorial, defendiendo con agresividad sus harenes de hasta 20 o 30 hembras tanto en la tierra como en zonas submarinas que marca sonoramente. Mientras que los machos pasan la mayor parte del tiempo en el agua, las hembras y los jóvenes pasan casi todo el año en tierra firme, donde dan a luz a una única cría que cuidan entre seis y doce meses, amamantándola con una leche con alto contenido en grasa y sin apenas lactosa.
Adaptado a la vida en el mar, el león marino de California es capaz de ver casi tan bien dentro del agua como fuera de ella, con visión en el rango azul y verde del color y un tapete lúcido, similar al de los felinos, que refleja la luz que pasa a través de su retina para mejorar su visión con baja iluminación. Nada a una velocidad de alrededor de 10 km/h y realiza inmersiones en las que se sumerge hasta tres minutos entre 20 y 50 metros, aunque puede llegar a bucear hasta diez minutos a una profundidad de 275 metros. Su buena vista se ve complementada por un buen sentido del oído, superior al del ser humano, y cuenta a cada lado de la cara con 38 vibrisas o bigotes provistos de nervios que detectan vibraciones y le proporcionan información sensorial sobre su entorno.
Los estudios han constatado que el león marino de California ha aumentado su tamaño corporal medio pese al aumento de sus poblaciones, contrariamente a lo que sucede con otras subespecies. En el caso de las hembras, esto se relaciona con una mayor variabilidad en las presas de las que se alimenta, mientras que en los machos se ha reforzado el papel en la selección sexual del tamaño del cráneo y la fortaleza de los músculos de cuello y mandíbula para competir en el cortejo por las hembras.
Pese a haber sido importante para la subsistencia de los pueblos indígenas en la costa de California y las islas del archipiélago del Norte, el mayor impacto en la especie tiene lugar cuando durante el siglo XIX y principios del XX se caza de forma intensiva para su aprovechamiento e incluso para reducir su impacto sobre la pesca. Hacia la mitad del pasado siglo comienzan las primeras medidas legislativas en Estados Unidos y México para su protección, a las que se suma al control actual sobre el turismo insular y la monitorización de la evolución de las poblaciones.
Para el león marino de California, los únicos depredadores naturales son las orcas y los tiburones, así como los coyotes que pueden atacar a las crías recién nacidas en tierra firme. Actualmente, aunque la recuperación de la especie es un hecho, su mayor amenaza es la falta de disponibilidad de presas debido a la caza o pesca y a la contaminación de los ecosistemas que habitan, por la que resultan altamente expuestos a productos químicos o metales pesados que se acumulan con facilidad en el hígado y la grasa del león marino.
Tanto el león marino como la foca son especies pinnípedas, es decir, mamíferos carnívoros adaptados a la vida marina que se caracterizan por un cuerpo pisciforme, algo similar al de un pez; anchas patas traseras en forma de aleta y delanteras provistas de membranas interdigitales, adecuadas para nadar y bucear a gran velocidad; y piel cubierta de un pelaje denso y bajo la que cuentan con un abundante tejido graso que protege sus cuerpos del frío, almacenar energía y ayudar a la flotación en el mar.
Aunque los leones marinos tienen un gran parecido físico con las focas, entre las características que les diferencian se encuentran las siguientes: