Perrito de las praderas

El perrito de la pradera de cola negra (Cynomys ludovicianus) recibe su nombre por su hábitat preferido así como por el hecho de que emite un grito de alarma parecido a un ladrido canino , que también emiten durante sus luchas jerárquicas. De hecho, su género de clasificación, Cynomys, significa "perro roedor" en griego. Existen cinco especies de perrito de las praderas, todas propias de Norteamérica, de las que solo el de cola negra y el mexicano presentan esta coloración característica en la punta de la cola, siendo de color blanco en las otras tres especies. También son diferentes entre cada especie el tamaño de las muelas y las vocalizaciones sociales.

Su cuerpo robusto y piernas cortas, así como su rabo, proporcionan al perrito de las praderas una apariencia diferente a la de las marmotas, con las que están emparentadas. Su pelaje tiene un tono marrón grisáceo, algo más oscuro por arriba y más claro en la zona del vientre. Cuenta con un muy buen sentido del oído y de la vista, pese a sus pequeñas orejas y ojos, de color oscuro para soportar la intensa luz solar. Además, cuenta con uñas largas y fuertes que le sirven para excavar en el terreno y las madrigueras en las que vive, así como para conseguir sus raíces o arrancar la hierba o forraje de la que se alimentan, complementando su dieta con insectos, lombrices, huevos,...

De hábitos diurnos, el perrito de las praderas pernocta en las cuevas o madrigueras que excava, de cientos de metros de longitud y túneles de entre entre 10 y 15 cm de ancho en las que no falta de nada: la tierra extraída se acumula a la entrada para prevenir posibles inundaciones, mantiene las plantas de alrededor cortas para mejorar la visibilidad, los nidos están forrados de hierba y se encuentran a entre uno y cinco metros de profundidad para mantenerse a salvo de depredadores, cuentan con varias entradas y salidas de emergencia así como con letrinas, despensa de alimento o zonas para dormir. En cualquier caso, el perrito de las praderas de cola negra no hiberna, a diferencia de otras especies.

Vive en grandes colonias, de cientos de ejemplares, que se dividen en unidades familiares, de hasta 25 miembros, compuestas por un macho, varias hembras y gran número de crías jóvenes; aunque se han documentado casos con dos machos, generalmente hermanos. Mientras que las hembras de cada unidad permanecen siempre en ella, estando, por tanto, emparentadas entre sí; los machos abandonan la colonia al segundo año de vida para intentar hacerse con el control de otra. No se produce crianza compartida sino que cada hembra cuida su propia camada de entre tres y siete crías, llegando a producirse ataques de las hembras a otras crías que provocan una alta mortalidad, generando la supervivencia de las crías de la hembra más fuerte como ventaja en la selección natural; siendo este un comportamiento único entre los mamíferos.

Cada unidad familiar refuerza sus vínculos sociales a través de un contacto estrecho, ya sea limpiándose, oliéndose o acariciándose unos a otros. Además, el perrito de las praderas se comunica mediante un sofisticado sistema de llamadas que refuerzan con la postura corporal, habiéndose identificado hasta once tipos diferentes de esta forma de comunicación a la que se encuentra asociado su nombre.